El avivamiento de los huesos secos

22.09.2012 18:09

 

1 La mano de Jehová vino sobre  mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un

valle que estaba lleno de huesos.

2 Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz

del campo, y por cierto secos en gran manera.

3 Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes.

4 Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová.

5 Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis.

6 Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré

en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.

7 Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un

temblor; y los huesos se jun taron cada hueso con su hueso.

8 Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no

había en ellos espíritu.

9 Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el

Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.

10 Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus

pies; un ejército grande en extremo.

Ezequiel 37:1-10

La obra del Espíritu Santo es necesaria para restaurar la vitalidad de la vida espiritual del creyente. «Si vivimos por el Espíritu, andemos también

por el Espíritu» (Gálatas 5:25)

La lección en resumen

Seguidores del Maestro 45

El texto de la lección es un retrato de toda la casa de Israel (Ezequiel 37:11). Dios dijo: «He aquí yo abro vuestros sepulcros,

pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel» (Ezequiel 37:12).

Esto es un retrato profético de la restauración de Israel a su propia tierra. Desde 1948 Israel ha sido reconocida de nuevo como una nación. Este renacimiento político ha causado que muchos judíos regresen a Israel.

También tenemos en este pasaje un retrato de la obra del Espíritu Santo en un avivamiento. La obra del Espíritu Santo es necesaria en la restauración de la vitalidad de nuestra vida espiritual.

El profeta Ezequiel estaba «en el Espíritu de Jehová» (Ezequiel 37:1) cuando vio la visión del valle lleno de huesos. Notó que había muchos huesos en el valle y que estaban muy secos. Si vamos a ver las cosas como las ve Dios, hay que estar «en el Espíritu». Un avivamiento le espera a cualquier individuo que puede ver las cosas desde la perspectiva de Dios. Un avivamiento personal le llegará a usted cuando le pide a Dios que le abra sus ojos espirituales a las

necesidades de la gente en su alrededor.

Es necesario que el Espíritu Santo acompañe la proclamación Dios mandó a Ezequiel: «Profetiza sobre estos huesos…»

(Ezequiel 37:4). «Profeticé, pues, como me fue mandado….» escribió el profeta (Ezequiel 37:7).

La palabra «profeticé» no es usada aquí en el sentido de predecir el futuro, sino simplemente en el sentido de proclamar la verdad bajo la inspiración de Dios. En esta ocasión, Ezequiel estaba predicando, no a un grupo de personas, sino a un valle lleno de huesos.

En la visión de Ezequiel, Dios le preguntó: «…¿vivirán estos huesos? » (Ezequiel 37:3). Su respuesta fue: «Señor Jehová, tú lo sabes» (Ezequiel 37:3). Ciertamente su tarea era inútil sin la intervención del poder de Dios. El ganador de almas que testifica a pecadores en la energía de su propia carne no verá resultados. El aliento del Espíritu debe acompañar nuestra

proclamación. La predicación es buena, pero no es lo que salva; no puede dar vida. Sólo el Espíritu Santo puede dar vida. El profeta Ezequiel predicó a un valle de huesos secos, pero fue el aliento de Dios que les trajo vida a esos huesos.El Espíritu unirá a los cristianos Ezequiel predicó como Dios le mandó. Mientras predicaba, «hubo un ruido…y he aquí un

temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso» (Ezequiel 37:7). Fue asombroso, pues bajo dirección divina cada hueso vino al lugar donde debía estar. La carne empezó a cubrir esos huesos mientras Dios empezó a contestar la pregunta del versículo 3.

El Espíritu Santo puede curar las heridas y unir a una congregación de hermanos, conduciéndolos a un gran avivamiento. Puede

ayudarnos a perdonarnos los unos a los otros y a vivir con amor fraternal.

Además, vemos un retrato de la unidad y la cooperación. El Espíritu Santo trae a cada miembro a la iglesia a la cual debe pertenecer y le da un lugar de servicio (1 Pedro 4:10, 11). Un espíritu de cooperación domina una asamblea llena del Espíritu. Los celos se echana un lado y Jesús es exaltado (1 Corintios 12:25, 26). Hacen falta todos y cada uno de los miembros

para que una iglesia funcione bien y cómo debe (1 Corintios 12:21, 22). Una iglesia puede funcionarsin algunos de sus miembros, pero no como debe. El Espíritu Santo nos une en la obra de Cristo paraque seamos más efi caces como

cuerpo completo.

El Espíritu da vida Los huesos se unieron y la piel los cubrió, pero no tenían vida. Entonces, el aliento de Dios los llenó y un gran ejército vivió. Es posible tener todo el equipo y material necesario para la obra de Dios y ser un fracaso. ¡Los edificios y el dinero no dan vida! ¡Los programas no dan vida! Es asombroso leer cómo la primera iglesia funcionó sin las cosas que nosotros pensamos son esenciales para la obra de nuestras iglesias hoy día. Esa iglesia tenía lo esencial: el avivamiento del Espíritu

Santo. La vida en Jesucristo es la vida del Espíritu. Los que hemos sidosalvos no vivimos «según la carne, sino según el Espíritu» (Romanos 8:9). A causa de nuestra relación con Dios por medio de Cristo, nos consideramos muertos al pecado

y vivos para Dios (Romanos 6:11).

Por medio del Espíritu Santo

mortificamos las obras de la carne (Romanos 8:13) para glorificar a Dios en nuestros cuerpos. «Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios» (Romanos 8:14). Debemos ceder al liderazgo del Espíritu.

Si una iglesia va ser un gran ejército, tiene que tener el aliento del Espíritu sobre su obra.Necesitamos el aliento divino

para ponernos de pie y ganar a un mundo perdido para Él. Cristo es la Luz del mundo. ¡El avivamiento es producto del Espíritu Santo!

Preguntas

1. Cuando dice la Biblia que

uno está profetizando, ¿signi fica siempre que está hablando de eventos futuros?

2. ¿Qué necesitamos para que haya vida en nuestra predicación?

3. ¿Qué podemos aprender de la unión de los huesos referente a los miembros de nuestra iglesia?

4. ¿Cuáles son algunas actividades que podríamos realizar sin lograr dar vida como quisiéramos?

5. ¿Es posible que una iglesia tenga un ministerio eficaz sin himnarios? ¿sin templo?

6. ¿Quién coloca a los miembros en una iglesia?