LA ARMADURA DEL CRISTIANO: LA CORAZA Y EL CALZADO (4)
Estad, pues, firmes… vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. (Efesios 6:14-15).
A fin de que seáis… llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios. (Filipenses 1:10-11).
La armadura del cristiano: La coraza y el calzado (4)
La coraza, otra pieza de la armadura romana, era totalmente metálica. Pesada y muy visible, cubría todo el torso. Era fundamental para la protección del soldado. ¿Qué aplicación se puede hacer para el luchador creyente? Cuando una persona se convierte, es justificada ante Dios, no como consecuencia de lo que hace (sus obras), sino de su fe en la obra y en la persona de Jesús (Romanos 3:24-26). Y esta justicia divina debe mostrarse en su vida personal. La coraza protegía el corazón, centro de los sentimientos y de la voluntad. Amar a Dios, hacer lo que le agrada, ser íntegro con nuestros semejantes, proporciona una buena conciencia ante Dios y ante los hombres. Entonces, los intentos de Satanás para acusar al creyente serán sin efecto.
El soldado romano llevaba como calzado sandalias bien atadas a los tobillos para darle estabilidad y seguridad en las largas caminatas. La vida del creyente también es una caminata. El enemigo tratará de frenarlo, de desestabilizarlo y detenerlo en su servicio. Ante tales intentos, el combatiente de la fe debe permanecer en pie y avanzar apoyado en su Señor y en las promesas de la Biblia. Fortalecido por la paz del corazón que Dios da a sus hijos fieles, el cristiano puede avanzar para anunciar la buena nueva de la paz con celo y disponibilidad en el servicio al cual su Maestro lo ha llamado.